28 feb 2015

Nomán



El carnaval de Nomán dura alrededor de tres días y tres noches, y estos son los feriados de más o igual importancia que los días de la fundación del país. En esta se festeja el fin del caos desatado durante los últimos treinta años bajo gobernantes descerebrados, corruptos y pomposos hasta la exageración. Las multitudes se visten satirizando a sus antiguas autoridades, llevando mascaras con los rostros de estos cubiertas con lodo, mientras que otros cortan y deshilan sus trajes lujosos y corbatas de colores. Todo para representar la suciedad que las definían o se las relacionaba.

Treinta años en los que el país se hundió en la miseria de la ignorancia y la manipulación de parte de los que acaparaban el poder. Hubo muchas revueltas durante estos años, muchas revoluciones y muchas campañas de parte de grupos por el cambio, pero todas fracasaron ante la dejadez y el desinterés de los de su misma clase, hombres y mujeres que a pesar que se les intento mostrar que podían ser parte del cambio, estos simplemente aceptaron el implacable poder que representaba la corrupción y la maldad que ya dejaban huella en la historia de Nomán.

El país cayó en la incertidumbre y la desolación de una nación sin alma ni voluntad. El conformismo con este tipo de vida era la idea que más se oía por las calles. La sensación de dejarse llevar por la marea era la forma de ser cotidiana entre los grupos sociales. Y todo esto por treinta largos años.
Pero incluso las cosas malas tienen un final y la gente logró ver esta luz al final del túnel. Lo triste fue que esa gente no vió la luz en su generación, la vio en la siguiente. Niños y niñas que recién eran parte de esto y tuvieron el valor y la voluntad de ver el mundo de otra manera, y negar toda maldad que se estaba dando.

Se los acusó de idealistas, de inocentes, de estúpidos mientras que estos iban creciendo pero no dieron marcha atrás al ser ya adultos. A diferencia de sus predecesores, estos no regalaron el poder ni se lavaron las manos ante los errores. Poco a poco fueron retomando el poder hasta recuperar lo que su anterior generación regaló, la libertad, la justicia, el sentido común y ante todo, su país.

Como recuerdo de esto nació el carnaval de Nomán. El carnaval que se volvió parte una tradición que no olvida. Esto se nota al finalizar los tres días, cuando todos se quitan las mascaras embarradas y vemos a la nueva generación, triunfante y orgullosa; y a la antigua, que a pesar que se han quitado las máscara, aún continúan manchadas de lodo. Esta última penitencia es dirigida a los verdaderos culpables, los que se rindieron.

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